Por Víctor Manuel Acosta
A una gran mayoría de políticos en México la verdad y los careos de frente con la gente les incomoda, los irrita, les enoja y los transforma porque no quieren escuchar las demandas de la gente y menos oír los errores que comenten durante su gestión al frente de algún cargo público.
A muchos de los políticos se les olvida de manera instantánea que gracias al voto y la confianza de los ciudadanos gobiernan y ganan buenos sueldos a costa del erario, es decir, de los impuestos de cada mexicano.
La verdad es que cuando los políticos ganan las elecciones y ocupan los cargos que buscaron durante las campañas de manera insistente a través de visitas, toque de puertas, reuniones familiares y de amigos, saludos de mano, abrazos, risas, chistes, fotografías con comerciantes, amas de casa, albañiles, cocineras, carpinteros, estudiantes, personas adultas mayores y niños, se olvidan de todo y de todos, es decir, el tiempo de la humildad se esfumo, se fue.
Los políticos cierran las puertas de sus oficinas, y los únicos que autorizan y administran las reuniones son las o los secretarios bajo reglas impuestas por el “jefe”.
Es lógico y entendible que se asumen nuevas responsabilidades y actividades, pero para eso existe la planificación y organización, así como el personal especializado en mantener el contacto libre entre el servidor público y el ciudadano; quien le invierte a este tema sigue ganando y avanza, pero nadie lo hace.
La mayor parte de los políticos siempre justifican que por sus múltiples ocupaciones y representaciones es imposible escuchar a todos, ¿pero sí lo podían cuando buscaban el voto?, vaya, hasta había candidatos que dormían pocas horas con tal de que el pueblo escuchara sus propuestas, porque no hacerlo cuando lograron el objetivo de ganar y estar ya en el cargo.
Como un acto de magia y de la noche a la mañana, todo cambia, esos que abrazaron, saludaron y escuchaban de manera paciente y complaciente las demandas de la población, ya no aparecen por ningún lado, se desaparecieron de las comunidades más humildes y que exigen a diario atención para obtener el bienestar y la seguridad que les prometieron.
Lo peor de todo es que si ganaron o perdieron las elecciones ya no voltearon la mirada hacía las personas que votaron por sus proyectos; pero el tiempo es el que acomoda a todos en su lugar y ojalá quienes muy pronto llegarán al relevo en el Congreso de la unión, legislaturas locales, gubernaturas, presidencias municipales y de comunidad ejerzan un nuevo estilo de hacer política, cercana, de puertas abiertas, sincera, directa o no de simulación en todos los sentidos.
Ojalá que las frases de los nuevos político sean diferentes porque la gente está harta de escuchar lo mismo: “el jefe está muy ocupado y no lo podrá atender” “A nombre del diputado una disculpa, no los podrá recibir hoy” “El jefe tiene agenda saturada, si quiere hablar con él será hasta la próxima semana” “No, el diputado estará en reunión en la Ciudad de México, así es que no podrá recibirlos, será para la otra”
“Que cree, al jefe lo llamaron de otro lado y me pide que cambie su cita” “mi jefe siempre tiene la razón” ¿qué hora es? “La que usted diga jefe”.
Los políticos deben entender que es tiempo de hacer una política diferente, innovadora, la gente exige apertura, acercamiento, atención, seguridad, gestión efectiva, obra pública, agua potable, salud, una impartición de justicia seria, medicinas, hospitales bien equipados y empleo, no quieren más políticos sumisos, buscan a gestores poderosos, congruentes e inteligentes, que cumplan con las promesas de campaña y con la palabra. Que tal.
Bombazos…
No dicen que aunque el Presidente de México dijo de manera pública que la titular de la Comisión Nacional del Deporte (Conade) Ana Gabriela Guevara realizó un trabajo épico y pulcro con los deportistas mexicanos que participaron en los pasados juegos olímpicos, no es cierto, hubo errores, falta de comunicación y de apoyo económico, desatención, diferencias con una gran mayoría de los atletas, lo que le costará a la exsenadora de la república no ser ratificada en el cargo; ahora quien está en la mira de la presidente electa Claudia Sheinbaum, es el deportista Rommel Pacheco o Moisés Muñoz para dirigir el destino de la Conade ¿Será?
Artillería pesada…
Lo que no se vivía en Tlaxcala, hoy es común ver y escuchar en los noticiario actos muy violentos y de inseguridad cometidos en territorio tlaxcalteca: atentados, enfrentamientos entre bandas delictivas, feminicidios, balaceras a inmuebles, cuerpos embolsados y abandonados, robo a comercios, casas habitación, de autos y auto partes, asaltos a mano armada; vaya que la estrategia de seguridad estatal tiene fallas que deben ser corregidas de manera inmediata, de lo contrario las estadística reportarán una alza de delitos que será incontrolable, mientras tanto, Tlaxcala ya ocupa los titulares de la nota roja en medios nacionales.
Hasta la próxima entrega de Frentes de Guerra.