Por Héctor A. Villalba.
El Certificado Único Policial es el documento que acredita a los policías y oficiales de guarda y custodia del sistema penitenciario aptos para ingresar o permanecer en las instituciones de seguridad pública, y que además los avala que cuentan con los conocimientos, el perfil, las habilidades y aptitudes necesarias para el desempeño de su cargo.
Pero en nuestro estado y según con datos aportados por Máximo Hernández Pulido, responsable de la Comisión Ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública (CESESP) al final del año sólo el 50 por ciento de los presidentes municipales habrán cumplido con esa disposición que estable la a Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Quiere decir que 30 alcaldes pasarán por alto este exhorto que les ha hecho el gobierno estatal para que profesionalicen a sus policías.
No sabemos, el porqué el desinterés, quizás por negligencia, o por conveniencia, pues muchos de los guardianes del orden contratados son conocidos o parientes del encargado de Seguridad y ellos mismos saben que sus allegados no llenan los requisitos; o nada más no se les da la gana certificarlos y su pereza es más grande que su responsabilidad de servir a los ciudadanos como lo manda la ley.
Lo que sí es un hecho, que ya se les dio una prórroga para que cumplan, ya se les pidió de la forma más cordial y nada…eso sí cuando estallan los conflictos en sus municipios y comunidades, no asumen su responsabilidad y echan la culpa a todo mundo, al gobierno estatal o al federal, pero no aceptan su incompetencia.
La Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, detalla que el CUP es requisito indispensable de ingreso y permanencia para los integrantes de las instituciones policiales, pero estamos en México, donde primero se contrata a los policías y ya después se verá si sirve para realizar sus funciones y preservar el orden en sus comunidades.
Los mismos ciudadanos somos los que deberíamos exigir a las autoridades que cada gobierno municipal nos garantice que se contratan en las direcciones de seguridad, no al amigo ni al compadre, sino a elementos competentes que desempeñen su función de seguridad pública de acuerdo con los más altos estándares de actuación profesional.
En estos tiempos en que la inseguridad aumenta, los pobladores necesitan contar con policías profesionalizados y confiables que cumplan con lo dispuesto por la Constitución Federal y las leyes aplicables.
Los policías de su municipio, son los primeros respondientes, y quienes deben proteger a los ciudadanos de la delincuencia, pero si no se encuentran preparados entonces serán los que delinquen quien ganen terreno en esta batalla.
Urge que los alcaldes entiendan que la seguridad es un rubro fundamental que ya deben atender, y certificar a sus elementos, pues solo de esta manera podrán garantizar la calidad de vida y prosperidad de sus municipios.