Tlaxcala, Tlax; a 25 de agosto 2021.- El final del gobierno estatal y de los municipales estaba escrito, determinado constitucionalmente en medio del ejercicio fiscal 2021, faltando un tercio para el cierre del año, y aun así nadie pudo prever que en relevo se garantizara el pago del gasto corriente, a proveedores cumplidos y a servidores públicos indispensables.
La secretaria de Planeación y Finanzas de gobierno estatal, Maricela Nande Islas, con total negligencia y dejando una profunda duda de su eficiencia, más no de su sometimiento al verdadero secretario de finanzas, no pudo o no quiso prever la transición de los gobiernos municipales, muchos de los cuales dependen totalmente del presupuesto que le entrega esta dependencia.
Bajo un argumento un poco vano de que fueron los presidentes municipales los que no se anticiparon a garantizar el pago de compromisos ineludibles, como el de algunos proveedores y servicios, como el de la energía con Comisión Federal de Electricidad (CFE) así como de los elementos policiacos, por ejemplo.
Eso sólo como muestra, pues el consumo de agua potable de la comunidad es vital y la población no lo perdona, o la delicadeza de que continúe la operación de la seguridad pública, también es un detonante de eventual conflicto social.
Pero eso parce que no le importó a la secretaria de Finanzas, porque se ciñe a un calendario de liberación de los recursos sin considerar la transición, en la que los actuales alcaldes no pueden mover su presupuesto para solventar lo urgente, ya que no tienen inherencia en financiamiento del mes futuro.
Y peor aún para los municipios que no cuentan con suficientes ingresos propios, como los privilegiados con asentamientos industriales como Apizaco, Huamantla, Tetla, Papalotla o Ixtacuixtla, ya que sólo dependen de los recursos que la secretaría de Finanzas les retribuye.
Esto ha causado ya en varias demarcaciones municipales conflictos sociales, ya sea por la falta de pago a los empleados de los ayuntamientos, que han tomado instalaciones o retenido alcaldes o tesoreros, como en Chiautempan, sin mencionar los pobladores que han pasado de la protesta pública incluso a la agresión a los alcaldes como en Panotla.
Ni se diga lo que se viene con la falta de pago a los oficiales de las policías municipales, que no pueden parar labores por razones obvias, y que el recurso del Fortamun será liberado hasta el último día de agosto, cuando ya no hay garantía de pago por las nuevas autoridades que llegan, las cuales no tienen personalidad jurídica para hacer compromisos oficiales.
Algunos presidentes municipales pudieron hacer algunas previsiones porque sí cuentan con entrada de recursos, pero otros no, y es ahí donde Maricela Nande, no le importó dar una solución, no para los alcaldes, sino de la ciudadanía que es la afectada al final y que puede derivar en, o agravar, conflictos sociales.
La secretaria de Planeación y Finanzas, o por lo menos quien fungió como tal, Maricela Nande, le echa la culpa a la autonomía de los ayuntamientos, sin embargo, como ente rector el gobierno del estado en su área respectiva, debió cerrar con broche de oro y dar una muestra de la eficacia y de una gobernanza de altura, predicada por su jefe el gobernador.
Con esa actitud de valemadrismo, Nande deja mal parado a Marco Mena, quien predicó un gobierno de altura, moderno, con gobernanza de vanguardia, donde lo complejo se hace simple con capacidad e innovación, con voluntad y gran visión.
Lástima, por la prestanombre para un “verdadero secretario de Finanzas” y próximo diputado, la calidad del gobierno de la gobernanza, la mancha.
Aún puede, Maricela a una semana, enderezar el barco responder a la confianza de Mena y mostrar su altura de miras. Y no dejar que, en escasos días de dimitir, revienten los munícipes, sus municipios y sus ciudadanos, a quienes se debe.
DUDAS…
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