El Diputado Federal reivindicó la dignidad del pueblo en el marco de la conmemoración de los 500 años del encuentro de dos culturas.
CDMX.- En una contundente intervención en la máxima tribuna del país, el Diputado Federal, Rubén Terán Águila, defendió al pueblo tlaxcalteca al dignificar la historia del estado en la conmemoración de los 500 años del encuentro de dos culturas.
A la manera de los tratados de guerra, el Legislador Federal reviró a un compañero que señaló a los tlaxcaltecas como un pueblo traidor, al puntualizar que no se puede ni se debería reconocerles como traidores, dado que se les traiciona a los amigos, no a los enemigos, y en esa época no existía como tal un territorio determinado, y en las leyes de guerra, el enemigo del enemigo puede ser aliado.
“Nosotros los tlaxcaltecas peleamos antes de recibirlos con los brazos abiertos. En Tlaxcala, en un municipio que se llama Tzompantepec, allí, allí sucedió lo que León Portilla mencionó como la desmitificación de los dioses; muere el primer caballo y les demostramos que no son Dioses…”, expresó.
La intervención del Diputado fue una defensa histórica de la cual no se tenía antecedente en el Congreso de la Unión, donde se reivindicó la dignidad del pueblo tlaxcalteca, pues si bien no se puede negar el origen tampoco la fusión, el daño que se hizo ni los beneficios.
“No podemos flagelarnos por el pasado porque tenemos un presente y un futuro por el cual tenemos que trabajar. El país que tenemos y el que podemos heredar a las futuras generaciones es nuestra responsabilidad y debemos ocuparnos”, afirmó.
En la sesión solemne con motivo de los 500 años de la fundación de la ciudad y puerto de Veracruz, puntualizó que muchos países tienen un comienzo, pero México en cambio tiene un origen, que los españoles llegaron a nuestras tierras e intentaron borrar la identidad, tiraron las pirámides y construyeron sobre ellas sus iglesias, quitaron a los dioses y los cambiaron por uno de yeso, y las lenguas originales por las de Castilla.
Un encuentro que fue violento entre pueblos indígenas mesoamericanos y españoles, y no fue cosa menor que en México se tuviera el primer ayuntamiento de Latinoamérica, y es digno, reconocer la importancia de Veracruz y Tabasco, dijo.
Terán Águila concluyó que los 500 años no se tratan de un festejo de la conquista o del inicio, sino de la conmemoración del hecho histórico que marcó para siempre el inicio de la hispanidad y del federalismo, del color de la piel, de los ojos, de los rasgos y la cultura producto del choque de dos mundos.